Marruecos: Ruta de 8 días.
ÍNDICE
Recorre los imprescindibles de Marruecos y déjate embaucar por sus atractivos.
Anímate a descubrir, a través de esta ruta de 8 días por Marruecos, un país de contrastes. De ciudades frenéticas y pueblos sosegados, de mar y montaña, desierto y vegetación; donde confluyen Mediterráneo y Atlántico, actuando de intermediario entre África y Europa. Un lugar que no te dejará indiferente.
Las mejores actividades que puedes realizar en Marruecos para completar tu viaje las encontrarás en este enlace.
CHAOUEN: Encanto y singularidad teñidos de azul
Aterrizamos en el aeropuerto de Tánger y tomamos un taxi hacia la Gare Routiere para tomar un bus a Chefchaouen. El taxi nos costó alrededor de 10€ al cambio y la estación está a unos 15 min del aeropuerto. El autobús nos costó 5€ para un trayecto de 3 horas más 1€ por cada maleta que dejamos en el maletero. Hay muy poca frecuencia por lo que tuvimos que esperar 3 horas en la estación. Comimos un plato de pollo rustido con patatas y arroz, pan, un entrante que nos regalaron, y una botella de agua por 3€ cada uno.
Llegamos a Chefchaouen a las 9 de la noche, cogimos un taxi hacia nuestro Riad por 4€. Dejamos las maletas, salimos a cenar y dimos un paseo nocturno ya que estaba muy animado el lugar.
A la mañana siguiente, desayunamos en el Riad y nos dispusimos a explorar cada rincón de esta ciudad, tan pintoresca. Conocida como la perla azul, por el color de sus calles.
Este lugar se construyó a imagen y semejanza de Vejer de la Frontera, en Cádiz, motivo por el cual ambas ciudades están ahora hermanadas.
Esto es así porque, tal como cuenta la leyenda, la vejeriega Catalina Fernández contrajo matrimonio con el Emir Ali Ben Rachid. Una vez llegada la reconquista de Granada, fueron exiliados a Marruecos y se instalaron en un pueblo Bereber de la montaña.
Catalina, ahora llamada Zhora, añoraba tanto su tierra natal que el Emir no pudo soportar la tristeza de su amada, por lo que recreó, en ese mismo lugar, el pueblo donde fueron tan felices. Sin olvidar las tradiciones del pueblo Bereber que tan bien les había acogido.
Mas tarde, envió un edicto dando la bienvenida a todos los exiliados de Al-Ándalus, a este recién nacido lugar y, en poco tiempo llegaron a contar con unos 10 mil habitantes.
Ahora bien, los lugares que no te puedes perder en Chefchaouen son los siguientes:
- Bab el Ain: Puerta de entrada al casco histórico, cuyo nombre significa la puerta de los ojos, debido a que servía de torre de vigilancia.
- Plaza el Haouta: Pequeña plaza con una fuente central muy pintoresca.
- Plaza Outa-el-Hamamm. Es el epicentro de la Medina. La plaza más grande e importante dado que en ella se encuentra la gran Mezquita y la Alcazaba o Kasbah.
- Rincones más instagrameables: Callejón El Asri, Sidi Buchuka, Callejon frente al puesto de naranjas, en la calle Jamaa (la única que vimos con el suelo también azul).
Aunque mi consejo es que te adentres en este entramado de callejuelas y las vayas descubriendo sin buscarlas. Todas y cada una tienen un encanto particular y son capaces de sorprenderte.
Después de visitar todos estos lugares, comimos en la terraza del Café Clock, con unas fantásticas vistas. La comida era de 10, aunque los precios más turísticos.
A las 16h teníamos reservado nuestro transfer hacia Fez, así que nos despedimos de esta ciudad tan singular.
FEZ: La ciudad más antigua de Marruecos.
4h de trayecto nos separaban de Fez. Las curvas de la carretera eran constantes, pero las verdes montañas del Rif nos hicieron el viaje más ameno.
Por cierto, una de las cosas que no debes olvidar, si decides visitar Marruecos, es contratar un seguro de viaje. Yo lo hice con Civitatis.
La medina de Fez es la más grande del mundo y una de las mejores conservadas. Su interior está compuesto por más de 2.000 tiendas repartidas por 9.000 callejuelas interconectadas. Además, de sus edificios más emblemáticos como mezquitas, hammams, escuelas coránicas, Fonduks, fuentes y un largo etc.
Dentro de la medina de Fez no pueden entrar vehículos a motor, cosa que se agradece bastante. Pero, aun así, sus calles son bulliciosas, están repletas de gente y muy animadas.
Las dos calles principales son Talaa Kebira y Talaa Sghira, calle grande y calle pequeña, respectivamente. Ambas comienzan muy cerca de la puerta azul y discurren paralelas de oeste a este de la ciudad, hasta que desembocan en un laberinto de calles en el cual no es difícil perderse.
Nosotros reservamos un guía local que nos enseñó gran parte de la medina durante toda la mañana. Aunque nos dijo que, debido a su tamaño se necesitaría una semana para conocerla al completo. También nos fue contando curiosidades y costumbres del lugar y nos resultó bastante enriquecedor.
Su precio por estar con nosotros en exclusiva durante 4h eran 25€, pero nos pareció poco y le dimos 5€ más de propina.
Ahora bien, las visitas imprescindibles de la Medina de Fez en un día son:
Bab Bojloud: También conocida como la puerta azul. Es una de las puertas de entrada a la Medina y la más famosa, sin duda. Esta cierra el paso al tráfico y abre el camino hacia una de las primeras ciudades imperiales de Marruecos.
Desde el exterior de la Medina sus azulejos son azules, en representación del color de la ciudad. Pero, desde el interior los azulejos que decoran su fachada son verdes, el color del islam.
Universidad Qarawiyyin: La primera y más antigua del mundo, fundada en el año 859 por una mujer llamada, Fatima al-Fihri. Esta tunecina, nacida en Cairuán, fue exiliada, junto a su familia, en Fez. Gracias al comercio hicieron fortuna y tras la muerte de su padre, donó su herencia para construir la Universidad de Fez en agradecimiento a la ciudad. A día de hoy todavía sigue en funcionamiento.
Al contrario de lo que se piensa, la Universidad de Bolonia, en Italia, se creó 200 años después de Al Karaouine.
Esta universidad es tan extensa que tiene 14 puertas de acceso y una gran biblioteca, que contaba con más de 20.000 libros manuscritos y 4.000 textos de la edad media. Además, de su propia Mezquita, de estilo andaluz, con capacidad para más de 20.000 personas. Cuya impulsora fue Mariam, la hermana de Fátima.
Alrededor de la universidad se situaron la mayoría de Madrasas, puesto que los alumnos vivían en ellas y gran parte de las clases se impartían en la Mezquita de al Karaouine. Algunas de las más destacadas son Al Attarine, Bou Inania, Cherratine y Seffarine.
Una Madrasa o Medersa, es una escuela tanto laica como religiosa, sin embargo, en occidente se usa para aludir a las escuelas islámicas. En este caso «escuela» se aplica indistintamente a instituciones públicas, privadas, primarias, secundarias, musulmanas o seculares.
Mausoleo de Moulay Idriss II: Está dedicado al patrón de la ciudad, por ello, esta zona se considera el lugar más sagrado de la medina. A él acuden musulmanes de todas partes de Marruecos para obtener su bendición. Evidentemente, los no musulmanes tenemos prohíbida la entrada.
Plaza Nejjarine: En ella está el museo de artes y oficios de la madera, en uno de los tradicionales Fondouk marroquís. Estos establecimientos públicos constaban de establos y talleres/almacén en la planta baja y, en las superiores, habitaciones donde se alojaban los mercaderes al llegar a la ciudad. Hoy en día en la ciudad de Fez están restaurando gran parte de ellos.
Plaza Seffarine: Entre el zoco de los tintoreros y los curtidores encontramos esta plaza. Aquí podemos ver a los caldereros, trabajando el cobre desde tiempos inmemoriales. Además, en esta plaza se encuentra la entrada a la Biblioteca Qarawiyyin.
También hay que destacar la curtiduría de Chouara. Digna de visitar, aunque no sea muy agradable al olfato pero, no te preocupes, para soportarlo te darán una hoja de menta en la entrada. Te acompañarán a la azotea de la tienda y te explicarán todo el proceso que se lleva a cabo en el lugar. Una vez terminada la visita pasarás por la tienda para comprar, si lo deseas, alguno de sus productos de piel.
El proceso: En primer lugar, se lavan para eliminar restos de carne o pelo y luego se dejan secar con sal. Una vez hecho esto, se sumergen en una mezcla de excrementos de paloma y cal, que actúa como amoníaco natural y evita su putrefacción. Tras este periodo, se llevan a unas lavadoras gigantes para eliminar las bacterias. Una vez limpias se tiñen introduciéndolas en las cubetas de colores durante algunos días. Luego se dejan secar al aire libre y del revés para que no les dé el sol directamente. Si hace buen tiempo en un día pueden estar secas y sino, pueden llegar a necesitar hasta 4 días. El único color que no se tiñe en cubeta es el amarillo que se suele hacer a mano en las azoteas.
Sin duda, esta fue una de las visitas más intersantes de Fez y de toda nuestra ruta por Marruecos.
Tras realizar todas estas visitas con un guía local durante 4h, nos fuimos a comer y continuamos visitando los lugares mencionados de nuevo. Esta vez, por libre y perdiéndonos entre su multitud de calles y tiendas.
Tanto la cena del día anterior como la comida de este día la hicimos en los restaurantes que se encuentran junto a la puerta azul: Restaurant Bouanania y Jawharat Bab Boujloud, respectivamente.
DESIERTO DE MERZOUGA: Excursión de 3 días de Fez a Marrakech
A la mañana siguiente nos levantamos, desayunamos y nos dirigimos al punto de encuentro desde el que partía nuestra excursión de 3 días al desierto. La actividad más esperada de todo el viaje era pernoctar en el desierto y el paseo en dromedario. Sin embargo, el trayecto, aunque pesado, nos permitió descubrir lugares no tan turísticos que revelaban la auténtica realidad de Marruecos.
La excursión la hicimos en una especie de minibús de 15 plazas, con una ridiculez de maletero, cosa que deberían avisar porque si todos los pasajeros fuésemos cargados de maletas no cabrían…
Día 1
El primer día hicimos muy pocas paradas. Una de ellas en Ifrane, 15 min para ir al baño. Así que no nos dio tiempo de visitar este curioso enclave de casitas y edificios de arquitectura al más puro estilo suizo, ubicados en plena montaña, que bien merece ser explorado.
La siguiente parada fue de unos 10 min en Azrou (Azrú), en un lugar a pie de carretera, donde pudimos observar los cedros y monos que caracterizan el lugar, muy rapidamente.
Después de esto pasamos por Midelt. Ciudad cuyo símbolo es la manzana, ya que su cultivo es la primera actividad de la región.
Más adelante, hicimos una parada para comer y continuar nuestro camino hacia el desierto de Merzouga.
Otros lugares destacados por los que pasamos son:
- Er-Rachidia: Ciudad militar que sirvió de base a la Legión Extranjera Francesa. Además, cuenta con aeropuerto. Por si quieres volar desde Casablanca o Marrakech al desierto y evitar hacer tantos km por carretera.
- Erfoud: Conocido por su yacimiento de fósiles y por estar ubicado en el Oásis más grande del mundo. Nosotros hicimos una breve parada de 5 min para ver el Valle del Ziz desde arriba y poder fotografiarlo.
Tras 9h metidos en el minibus, atravesando el país por estrechas carreteras, este se para a pie de carretera y nos bajan a 5 de nosotros. Nos hacen subir en una camioneta y nos llevan desierto adentro hasta llegar al Auberge Sandfisch.
Allí nos dan la bienvenida con un té, mientras acomodan nuestro equipaje en las haimas donde dormiremos esa noche. También ahí nos esperaban nuestros dromedarios ya preparados para partir hacia las dunas de Erg Chebbi. Muy cerca de la frontera con Argelia.
El paseo en dromedario tuvo una duración de aproximadamente 2h, con una parada incluida sobre una de las dunas más altas para observar la caída del sol y el mar de arena que se expandía bajo nuestros pies. Una experiencia completamente única.
A la vuelta ya oscurecía y, una vez en las haimas, nos dejaron tiempo para ducharnos y prepararnos para la cena. Esta la servían sobre las 20:30h en otra haima de mayor tamaño, donde había enchufes para cargar los móviles. La cena constaba de: Ensalada, calabacín gratinado, Tajín de ternera con verduras y fruta.
Dentro de las haimas solo había una conexión USB y no funcionaba. Suerte de los power banks. Por supuesto de secador de pelo nos olvidamos. Lo que sí había era una cómoda y gran cama, un espejo, un perchero, y dentro del baño, lavabo, wc y ducha. También había calefacción, por lo que la temperatura era muy agradable.
Después de la cena pudimos disfrutar del cielo estrellado, sentados alrededor de una hoguera con músicos bereberes animando la velada al ritmo de sus tambores.
Día 2
Madrugamos para ver el amanecer sobre las dunas y después nos sirvieron el desayuno. Recogimos el equipaje y de vuelta a la camioneta que nos llevaría de nuevo al encuentro del minibus en la carretera para retomar nuestra ruta por el desierto de Marruecos.
A los pocos minutos llegamos a Rissani, considerada la puerta del desierto, ya que tradicionalmente ha sido y es la última escala comercial antes de adentrarse en él. El lugar perfecto donde los lugareños, acuden para abastecerse y también para vender sus productos. De ahí que uno de los mayores atractivos de esta ciudad sea su mercado, que tiene lugar los martes, jueves y domingos.
Sin embargo, nuestra excursión no tenía parada en esta interesante ciudad. Os recomiendo que antes de contratar una excursión os cercioréis de las paradas que harán durante el camino, porque nosotros nos quedamos con ganas de conocer más en profundidad todos estos lugares.
Donde sí paramos unos minutos fue en el palmeral de Tinghir y en las gargantas del Todra, unos acantilados realmente impresionantes, de 300 metros de altura, donde el viento sopla con bastante fuerza. Dos lugares dignos de admirar.
Por esa zona nos detuvimos a comer, concretamente en «Maison d’Hôtes Anissa», sumergidos en pleno palmeral. Un rincón con mucho encanto.
Otra visita que realizamos durante este día fue al interior de una casa tradicional bereber en la que su anfitriona, Fátima, nos enseñó como trabaja el algodón para tejer alfombras. Y, por supuesto, trataron de vendérnoslas, por desgracia, sin éxito.
Una vez finalizada la visita, continuamos hasta nuestro siguiente alojamiento en Ouarzazate. «Dar Farhana«. El único riad que no escogimos y diría que el mejor de todos en los que nos alojamos. Estaba un poco escondido entre calles que no inspiraban mucha seguridad/confianza, pero dentro tenían un auténtico oasis de paz y un servicio exquisito. Súper recomendable. Y como nos dejaron y nos recogieron en la misma puerta fue perfecto.
Día 3
Tras nuestro completo desayuno nos recogió el minibus y continuamos la ruta hacia los Studios Atlas ubicados en la misma ciudad. Esta vez por fin hicimos una parada que nos permitió hacer la visita en profundidad con un guía que hablaba perfecto tanto inglés, como francés y español. Así da gusto.
Nota: Tuvimos que pagar la visita a parte, (8€) al igual que todas las comidas del medio dia. (Que, de media eran unos 10-12 euros por persona, al cambio) Las cenas sí estaban incluidas en los 200 euros que nos costó la excursión, en total.
Durante la hora de visita fuimos recorriendo todos los escenarios de películas tan míticas como Ben-Hur, Aladdin, Prince of Persia, Asterix y Obélix, James Bond, y un largo etc.
Luego retomamos el camino hacia otra parada de 1h en la ciudad de Ait Ben Haddou. Entrar a la ciudad antigua cuesta 2€ por persona.
Si te acompaña uno de los guías de la puerta, ten en cuenta que te pedirá dinero al acabar la visita. Eso sí, te enseñará la casa en la que se rodó la película de Gladiator. Concretamente, el lugar en el que se recreó la celda de Máximo. 1h se queda un poco corta porque es un lugar con mucha vida, tiendecitas y muchas callejuelas donde perderse para disfrutarlo pero, acostumbrados a parar 10 min, esa hora nos supo a gloria.
También en esta ciudad hicimos la última comida de la excursión. Después nos detuvimos unos instantes para observar las montañas del Alto Atlas, que por cierto estaban un poco nevadas. Y de ahí fuimos directos a Marrakech.
MARRAKECH: La perla roja de Marruecos.
Nada más llegar a esta ciudad se siente el caos que reina en el ambiente. Claxons procedentes de todas partes. Motos y bicicletas, para arriba y para abajo, incluso dentro de la medina, que tendrás que ir esquivando hábilmente mientras te abres paso entre una multitud de turistas y lugareños haciendo sus compras; burros cargados de mercancía e, incluso, vehículos de obra pequeños, pasando a ras de las paradas de las tropecientas mil tiendecitas que encontrarás a tu paso.
Sin embargo, nos adentramos en nuestro Riad, llamado, Ekla Boutique Hotel y se abría ante nosotros la puerta hacia otro mundo. Además de lo bonito que es, la amabilidad de su personal fue sobresaliente, ya que nos ayudaron a organizar un itinerario para optimizar el poco tiempo del que disponíamos, mientras disfrutábamos de un té con pastas marroquís, de bienvenida. Incluso, tuvimos algunos problemas para reservar nuestros billetes de tren a Casablanca y ellos nos facilitaron su ordenador para hacerlo. Con lo que nos ahorramos bastante dinero.
Una vez acomodamos el equipaje en la habitación y teniendo claro el plan de la tarde, emprendimos el camino hacia la Plaza Jemaa El Fna.
No sin antes visitar el Zoco y sus tiendas de artesanías y la animada plaza de las especias, digna de admirar detenidamente por la gran variedad de colores y olores que allí se encuentran.
Ahora sí, llegamos a la enorme plaza Jemaa el Fna que, de manera muy acertada, nos aconsejaron en el Riad que lo mejor era visitarla de noche, puesto que es cuando más ambiente hay y la iluminación de los restaurantes y terrazas que la enmarcan lucen sus mejores galas.
Algo que la caracteriza es el trasiego de turistas, y la gran cantidad de espectáculos que tienen lugar en ella. Música, baile, cuenta cuentos, encantadores de serpientes, monos disfrazados y mucho más. Así como, las tiendecitas ambulantes en las que puedes comprar tanto artesanías, como souvenirs o incluso comida, a sus simpáticos tenderos. Que, como comprobarás, tienen bien merecida su fama de grandes comerciantes. Una simple mirada la aprovecharán para entablar conversación y venderte lo que sea.
En definitiva, este es un lugar vibrante en el que se respira un ambiente muy agradable que engancha. Por este motivo se considera una de las visitas imprescindibles de Marrakech e incluso de Marruecos.
En uno de los extremos de esta gran plaza se alza imponente el minarete iluminado de la Mezquita Koutoubía, al final de un bonito paseo repleto de calesas al más puro estilo sevillano. Otro de los puntos fuertes de esta ciudad.
Tras cenar en una de las terrazas, que se encuentran alrededor de la plaza, comenzamos el camino de vuelta al Riad.
Amanece un nuevo día en Marrakech y nuestra primera parada, tras un delicioso desayuno en el hotel, es la Medersa Ben Youssef, la más importante de Marrakech y la más grande de Marruecos, con capacidad para alojar hasta 900 estudiantes.
Continuamos nuestro recorrido pasando, de nuevo, por la plaza Jmaa el Fna, esta vez para verla de día. Y seguimos en dirección al Palais Bahia. El cual bien merece una visita. El precio en 2024 es de unos 7€. Solo espero puedas ver el patio principal en su pleno esplendor y no te pase como a mí que me encontré un escenario que impedía disfrutar de toda su belleza. Además, te recomiendo ir entre semana, si puedes. Yo fui un sábado y había muchísima gente dentro.
A nuestra salida nos dirigimos hacia el Palais El Badii, pasando por la mellah, el antiguo barrio judío, en el que destaca la plaza des ferblantiers u hojalateros y sus coloridas paradas con especias y tintes en polvo.
De ahí nos dirigimos hacia las tumbas Saadíes y dado que es un lugar muy pequeño y estaba abarrotado de gente decidimos no entrar, pero junto a la entrada descubrimos la Mezquita Moulay El Yazid junto a una fuente que pedían a gritos ser fotografiadas.
Otra parada obligatoria es la Mezquita Kutubía y sus aledaños repletos de zonas ajardinadas y fuentes. Así que dedicamos un buen rato a pasear y disfrutar del espléndido día que hacía. Su nombre significa mezquita de los libreros, lo que se debe a los puestos de libros que la rodeaban en sus inicios. Actualmente es el edificio más alto de Marrakech y, por desgracia, la entrada a los no musulmanes no está permitida.
Después hicimos una breve pausa, para tomar algo, muy cerca de esta última Mezquita, en un lugar llamado Kabana. Su rooftop es una pasada, te sientes casi como en plena selva con tanta vegetación y, lo mejor, es que como telón de fondo tendrás el minarete de la Kutubía.
Volvemos a ponernos en marcha y nuestra próxima visita es el Jardín secreto, secreto por decir algo porque estaba bastante concurrido, pero merece mucho la pena. Estuvimos dudando entre visitar este o el jardín Majorelle y por cercanía, por belleza y porque en el segundo había que reservar con antelación en su página web, nos decantamos por este. Es pequeño pero cuidado al detalle.
Llegado el mediodía nos dirigimos de nuevo a la plaza de las especias para comer en el Cafe des Épices, lo que nos fue imposible, había una cola interminable y teníamos hambre. Así que buscamos otra alternativa y acabamos en la terraza de Shtattoo, la más alta de la ciudad y todo un acierto. La comida estaba muy buena y las vistas espectaculares. Perfectas para poner el punto final a nuestra estancia en Marrakech, ya que llegaba el momento de recoger nuestro equipaje en el Riad y partir hacia la estación de tren que nos trasladaría hasta nuestra parada final.
CASABLANCA: La urbe más grande y cosmopolita del país
A Nuestra llegada a Casablanca llovía a mares, como se suele decir, así que no pudimos hacer mucho, pero a la mañana siguiente, la lluvia nos dio tregua y, antes de tomar nuestro vuelo de regreso a casa, aprovechamos para ver la Gran Mezquita de Hassan II.
Nuestro hotel (Melliber) estaba a tan solo unos pasos de ella y cuando llegamos a la enorme plaza en la que se encuentra y la vimos alzarse imponente ante nosotros, rodeada de varias arcadas y el museo, con el mar de fondo, no podíamos dar crédito.
Ninguna foto ni tampoco video puede captar su majestuosidad. Solo en persona se sabe lo que se siente al verla. Visitar este lugar era uno de mis sueños y de pronto ahí estaba, cumpliéndolo, pero con creces, porque superó todas mis expectativas.
Como curiosidad me gustaría comentar que toda la plaza está vallada, así que nuestra idea de verla y hacernos fotos sin gente fue imposible, porque para acceder a ella hay que pagar la entrada que ronda los 13€. Teníamos que esperar a que abriese la taquilla a las 8:30h y a las 9h tenía lugar la primera visita guiada. No pudimos seguirla al completo, debido al cambio horario (por ser el primer día de Ramadán) ya que nos adelantaron la hora del vuelo. Lo que sí pudimos hacer fue acceder a la sala de oraciones que tiene capacidad para más de 20 mil fieles. Además, su explanada exterior puede albergar cerca de 80 mil personas más.
- Esta mezquita es la tercera más grande del mundo, por detrás de la Meca y Medina.
- Su Minarete o alminar es el más alto del mundo con sus 200 metros.
- Es relativamente nueva, ya que se inauguró en 1993.
- Actualmente es la única mezquita en activo en la que se permite la entrada a no musulmanes.
- No es obligatorio que las mujeres nos cubramos el cabello para poder entrar
- Hay que descalzarse en la entrada a la sala de oraciones.
Por supuesto, Casablanca tiene mucho más que ofrecer, a parte de su Gran Mezquita. Por ejemplo, aquí tuvo lugar un momento crucial de la Segunda Guerra Mundial, ya que en 1943 se llevó a cabo la reunión entre Roosevelt y Churchill en la que se tomaron decisiones clave para el desenlace del conflicto. Además, que se produjera la cumbre en esta ciudad ayudó a confundir a las SS, quienes creían que ésta se llevaría a cabo en la Casa Blanca de Washington y no en Marruecos.
Algunas de las visitas imprescindibles de Casablanca son:
- La Corniche: Una importante extensión que discurre junto al mar, en la que encontrarás playas, frecuentadas por surfistas, zonas ajardinadas llenas de familias y deportistas, centros comerciales, cines, pubs, restaurantes, el faro, la Gran Mezquita y mucho más.
- La Antigua Medina y su torre del reloj: Aunque es una medina más modesta que el resto, es el origen de este lugar. En sus inicios se llamaba Anfa, una ciudad bereber que vivía de su puerto. En el siglo XV fue arrasada por los Portugueses para crear una fortaleza militar, alrededor de la cual creció un nuevo núcleo llamado Casa Branca, la que hoy es la Antigua Medina.
- El Mercado Central: Un imprescindible en tu visita a Casablanca. Se encuentra en el Boulevard Mohammed V, la zona moderna de la ciudad y es, tras el gran zoco que constituye la Medina, el principal lugar comercial de esta urbe.
- El Barrio Habous: Apodado «la nueva medina» y conocido por sus edificios coloniales franceses y sus bazares de artesanías. En él destacan el Palacio Real y Mahakma del Pasha.
- La Plaza de Mohamed V: Una gran plaza en el centro de Casablanca que cuenta con una impresionante arquitectura de estilo art decó. Aquí, se encuentran la Corte Suprema de Marruecos, el Ayuntamiento y el Teatro de Casablanca.
- La Catedral del Sagrado Corazón: Catedral católica ubicada en el centro de la ciudad. Construida en 1930, en estilo neogótico francés que cuenta con una hermosa vidriera.
- El Parque de la Liga Árabe: Con sus más de 30 hectáreas, es uno de los parques más grandes y populares de Casablanca.
Ahora bien, dadas las dimensiones y características de Casablanca, es más que seguro que volveré para profundizar más en la mezquita y conocer mejor esta ciudad costera considerada el corazón industrial y económico de Marruecos.
Consejos para visitar Marruecos
- Contrata un seguro de viaje, por si las moscas.
- En Marruecos aceptan euros en la mayoría de los lugares y normalmente el cambio te lo dan en Dirhams.
- El 95% de los lugares solo acepta pago en efectivo. Muy pocos establecimientos cuentan con tpv y, si los tienen, suelen pedir que gastes un importe mínimo para que puedas pagar con tarjeta.
- Nosotros llevamos la tarjeta Revolut para sacar dinero sin comisión desde cualquier cajero.
- Negocia siempre los precios de todo. Como ejemplo te diré que me hice un tatuaje de Henna y la señora comenzó pidiéndome 30 euros y acabé pagando 6€. De no haber regateado, hubiese pagado 5 veces más.
- Si alguien te acompaña, luego te pedirá dinero por su “ayuda” y no poco. A veces puede venirte bien la ayuda, pero es bueno saber que todo tiene un precio. Así que, si realmente no necesitas ayuda córtalo rápido para evitar malentendidos.
- Durante el mes del Ramadán es una hora menos en todo Marruecos.
- Vigila en Marrakech con las tropecientas mil motos que se adentran en las callejuelas de la medina. Si no vas atento te pueden llevar por delante en más de una ocasión. Van en todas direcciones, a gran velocidad y a veces ni siquiera hacen ruido. Así que ve al tanto.
- La gran mayoría de riads en Fez están en callejones bastante escondidos. No tengas miedo, es lo normal allí.
- En Marruecos hay petit taxi y grand taxi, el primero para trayectos cortos y el segundo está pensado para hacer trayectos más largos e incluso compartirlo con otros viajeros.
- También puedes contratar servicios de transfer por tu cuenta o bien con la ayuda del riad donde te alojes. Eso sí, son más caros.
- En cuanto a la vestimenta de las mujeres he de decir que no hay tantas restricciones como pensaba. De hecho, entré en la mezquita de Casablanca, una de las pocas en las que pueden entrar los no musulmanes, sin pañuelo para cubrir el cabello. También vi otras chicas con los hombros descubiertos, pantalón o faldas cortas y sin problemas.
- Lo realmente importante sobre este tema es llevar calzado cómodo y, a menos que vayáis en verano, no olvidéis llevar chaqueta. Yo fui en marzo y hacía fresquito, sobre todo en lugares con mucho aire.
- Por otra parte, mencionar que en ningún momento me sentí menospreciada por ser mujer sino todo lo contrario, me trataron como a un igual, con amabilidad y respeto. Muchas veces oí comentarios del tipo: “Pregunté algo, me ignoraron y respondieron a mi pareja” Pues, por suerte, mi experiencia ha sido todo lo contrario.
Espero que esta ruta por Marruecos y mis consejos os sean útiles a la hora de organizar vuestro viaje por este país tan auténtico y podáis disfrutar de vuestra estancia tanto como yo lo hice. Cualquier duda puedes dejármela en comentarios y trataré de resolverla. No olvides compartir este post con todo aquel a quien pueda interesarle visitar Marruecos y regalarme tu like.
¡¡Yo te espero en el próximo destino!!