Navidad en Londres – Itinerario de 3 días
ÍNDICE
Recorrido por los lugares más destacados de la Navidad en Londres durante 3 días.
Llegaron las Navidades y con ellas una nueva escapada, esta vez a Londres. 3 días en los que empaparnos del ambiente navideño que desprende la ciudad en estas fechas.
Cosas a tener en cuenta si se quiere pasar la Navidad en Londres
- Del 24 al 26 de diciembre los museos de Londres están cerrados al público. Si algo bueno tiene esta ciudad, a pesar de lo cara que es, es que la entrada a la gran mayoría de sus museos es gratuita, pero si viajas durante estos días no podrás disfrutar de ellos.
- 24 de diciembre el metro tendrá horario normal hasta las 16h y de ahí en adelante horario reducido.
- 25 de diciembre no hay transporte público en toda la ciudad.
- 26 de diciembre vuelve a funcionar el transporte público con horario de domingo.
El día 26 de diciembre es el Boxing Day, es decir, comienzan las rebajas en Reino Unido :):)
Puesto que nuestra estancia coincide con estos días clave, decidimos probar con el bus turístico para poder visitar las zonas más alejadas a nuestro hotel sin preocuparnos de los horarios del transporte público.
Elegimos la compañía Big Bus tours, nos costó 99,5 libras, el billete de un día completo para dos personas más las entradas al London eye. Además, éste tenía parada casi enfrente de nuestro hotel por lo que nos fue genial.
Puedes pinchar aquí para tener esta información actualizada.
Algo que me gustó mucho de nuestro paseo en bus turístico es que este dispone de unos auriculares mediante los cuales te van explicando la historia de la ciudad y algunas curiosidades de los lugares por lo que vas pasando, en 12 lenguas diferentes, entre ellas el español, por supuesto.
Dicho esto, procedo a detallar el itinerario que seguimos durante estos 3 días de Navidad en Londres, que pudimos aprovechar al máximo a pesar de estos pequeños inconvenientes.
Llegada a Londres
Nuestro avión sale de Barcelona a las 18h y llega a Stansted a las 19:40h (hora local). Como ya sabrás, el huso horario de Reino Unido es de una hora menos que en España, al igual que el de las Islas Canarias.
Hay que tener en cuenta que al llegar al aeropuerto es obligatorio pasar el control de pasaportes, lo cual nos llevará un ratito. Esto es necesario por si quieres comprar el autobús que te llevará al centro de Londres con antelación para calcular bien la hora.
En nuestro caso, reservamos el traslado con la compañía National Express. Este autobús se retrasó bastante, algo muy extraño al tratase de británicos, cuya mayor cualidad es su puntualidad. Aunque, por supuesto, los imprevistos pueden ocurrir en todas partes.
El trayecto entre Stansted y York road, parada más cercana a nuestro hotel, es de aproximadamente hora y media. Por lo que, entre el control de pasaportes, el retraso del bus, etc., llegamos a nuestro hotel sobre las 23h así que nos quedamos en el hotel reponiendo fuerzas para el día siguiente.
National Express además de parar en York road (cerca de Waterloo Station) también tiene parada en Mille End y en Victoria Station.
En cuanto al alojamiento, nosotros nos hospedamos en el hotel Premier Inn London Waterloo (Westminster bridge). Lo cierto es que el hotel es muy sencillo, pero su ubicación nos pareció inmejorable y así se demostró una vez estuvimos allí, dadas las circunstancias especiales al tratarse de días complicados en cuanto a transporte se refiere. Por lo que en general estuvimos muy satisfechos de nuestra elección.
Día 1: Bus turístico e iluminación Navideña
La primera parte del día no tendrá nada que ver con la Navidad en Londres, dado que también queremos conocer los lugares más emblemáticos de la capital británica.
Así que, comenzamos el día subiendo al Big Bus en dirección a St. Paul’s Cathedral, donde decidimos hacer nuestra primera parada. Se trata de la segunda catedral más grande del mundo detrás de la Catedral de San Pedro en el Vaticano.
A causa de la falta de tiempo no pudimos visitar su interior, pero su exterior no tiene desperdicio alguno. Es preciosa, imponente, grandiosa, y así podríamos seguir con un sinfín de adjetivos. En definitiva, nos encantó.
Continuamos caminando hacia la parada de metro Bank-station, ubicada en una bonita plaza rodeada de elegantes edificios entre los cuales se encuentra el Banco de Inglaterra.
Muy cerquita, en dirección al río, podemos ver The Monument, el monumento al gran incendio de Londres de 1666.
Nuestra siguiente parada fue en Tower of London, fortaleza ubicada en la ribera del Támesis. Supone un gran contraste encontrar esta fortaleza cuyos orígenes datan del siglo XI en plena City de Londres. Una zona donde predominan los rascacielos acristalados y de peculiares formas.
Esto es así porque, a causa del gran incendio de Londres y, posteriormente, la II Guerra Mundial, se tuvo que reconstruir casi la ciudad al completo, dado que gran parte de ella desapareció tras las llamas y los bombardeos, respectivamente.
Junto a la Torre de Londres se encuentra el famosísimo Tower Bridge. Se trata de un puente basculante y colgante. Al ser el puente más fotografiado de Londres se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad.
Este puente alberga en su interior una exposición llamada Tower Bridge Exhibition. Mediante esta visita, de pago, se puede ver el interior de las dos torres, caminar por la pasarla superior e incluso ver la sala de máquinas victorianas. En esta última se puede acceder a las máquinas de vapor originales que antiguamente impulsaban las básculas del puente.
Una vez cruzamos el puente, llegamos a la orilla de Southwark. Allí encontramos el Ayuntamiento de Londres, cuya forma ahuevada es lo que más lo caracteriza. Un poco más adelante vemos el HMS Belfast, barco museo de la Marina Real Británica anclado permanentemente en el Támesis.
Otro de los grandes atractivos ubicado en esta orilla es el rascacielos The Shard, el más alto del Reino Unido. Este edificio acristalado de 95 plantas también se puede visitar para obtener unas maravillosas vistas, pero sinceramente, no creo que merezca la pena. Su precio es desorbitado y en la ciudad hay multitud de miradores gratuitos, por lo que no lo recomiendo.
Cruzamos de nuevo el London bridge y retomamos nuestra ruta en el bus turístico en dirección a Kensignton Gardens. Allí volveremos a bajarnos para recorrer este bonito parque junto con el Kensignton Palace, residencia actual de los Duques de Cambridge.
Una vez allí decidimos acercarnos a ver el Royal Albert Hall, uno de los teatros más emblemáticos a nivel mundial. Su construcción se considera una de las más distintivas del Reino Unido.
Llega la hora de comer y aprovechamos nuestro bus turístico para retomar la ruta hasta Bakerstreet. Esta calle está repleta de restaurantes por lo que suele estar muy animada. Además, en ella podemos encontrar el museo de Sherlock Holmes.
En el cruce con Marylebone road, hay una estatua del famoso detective y un poco más adelante se encuentra el conocidísimo Museo de Cera de Londres, también llamado Madame Tussauds.
Muy cerca de Baker Street puedes encontrar el Regent’s Park, nosotros no lo visitamos por falta de tiempo, pero es muy recomendable hacerlo si dispones de más días en la ciudad.
Retomamos nuestra ruta en Big Bus por última vez, ya que el último autobús sale a las 16.30h y son aproximadamente las 16h cuando salimos de comer.
Ya que en Londres, en esta época del año, anochece a las 16h nosotros preferimos aprovechar las horas de luz y comer más tarde. Así mismo la hora de cierre de museos y monumentos no suele extenderse mucho durante la tarde. Siendo así, si quieres aprovechar al máximo, mi consejo es retrasar la hora de la comida o comer algo rápido que no haga perder mucho tiempo.
Nuestra última parada será en Picadilly Circus, donde dijimos adiós a nuestro Big Bus y continuamos la ruta a pie.
Como era de esperar, la noche da paso a lo más importante de la Navidad en Londres, el alumbrado Navideño. Por ello nos disponemos a recorrer el centro para disfrutar de cada uno de sus rincones.
Comenzamos por una calle que destaca notablemente, Regent Street, engalanada a conciencia y con gran acierto. A continuación, llegamos a Trafalgar Square. Emblemática plaza donde, cada año, se coloca un abeto procedente de Noruega en agradecimiento por la ayuda prestada por los británicos al país escandinavo durante la Segunda Guerra Mundial.
Damos media vuelta en dirección al hotel y, al cabo de un rato, nos encontramos de frente el inconfundible Big Ben y al otro lado del Támesis, el London Eye.
Una buena manera de poner el broche final a un día muy intenso en el que solo nos faltará cenar algo e irnos a dormir para recargar las pilas.
Día 2: Navidad en Londres
Amanece un nuevo día y un día muy especial, es ¡¡Navidad en Londres!! Peeero…no hay transporte, por lo que hoy nos toca hacerlo todo a patita.
Salimos del hotel y lo primero que hacemos es cruzar el puente de Westminster desde donde se obtienen las mejores vistas del Big ben y del Parlamento. Una vez hechas las fotos de rigor, continuamos hacia la Abadía de Westminster. Este es el lugar de coronación de la mayoría de monarcas ingleses desde la coronación de Guillermo El Conquistador en el año 1066.
Una vez acabamos de maravillarnos con todo el conjunto monumental que teníamos ante nuestros ojos decidimos seguir paseando por la orilla del Támesis hasta llegar a la sede del MI6, ya que nos encanta James Bond.
Nos podríamos haber ahorrado esta visita, ya que casi 45 minutos caminando en un día en que no hay transporte, luego hizo mella en nuestros piececitos.
Capricho cumplido y volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar al 10 de Downing street, residencia oficial del Primer Ministro de Reino Unido. Es un poco decepcionante ya que la calle está cerrada al público con una puerta enrejada. Y si a eso le añadimos una multitud de personas agolpadas, el resultado es que cuesta mucho ver la puerta con la claridad que se muestra en televisión. Por ello, sin mayor dilación, continuamos con nuestro itinerario hasta el Horse Guards Parade, lugar de celebración del cumpleaños oficial de la Reina Isabel II.
Aquí los guardias están montados a caballo y a las 11h se produce el llamado cambio de guardia montada (a las 10h los domingos).
Depende del día, este cambio de guardia se hace en el patio de tierra, mientras que otras veces se lleva a cabo en el lado contrario. Es mejor preguntar para asegurarse y con llegar 15 o 20 min antes del comienzo del acto es suficiente para garantizar un buen sitio. Nosotros no pudimos verlo dadas las circunstancias.
Seguidamente nos adentramos en St. James Park hasta llegar al Buckingham Palace. Aquí tiene lugar el cambio de guardia a las 11h, pero como te podrás imaginar, es un gran reclamo y por ese motivo está muy masificado. Por ello, es conveniente llegar con bastante antelación para poder coger un buen sitio.
La Navidad en Londres es una época muy especial, por lo que la masificación es todavía mayor, si cabe, que de costumbre.
La ceremonia comienza a las 10.30h pero el cambio de guardia se lleva a cabo a las 11h. Es aconsejable consultar aquí los días en que se realiza esta ceremonia ya que no se produce todos los días y puede ser cancelado debido al mal tiempo. Por eso es mejor asegurarse. Nosotros no quisimos perder el tiempo esperando y preferimos seguir adelante con nuestro recorrido.
Si te da pereza ir con mucha antelación al cambio de guardia del Buckingham Palace para finalmente no ver casi nada, puedes ir sobre las 10:15h al St. James Palace. La Corte Real sigue teniendo su sede formal en este palacio, a pesar de vivir fuera de él. Por ello, la guardia real parte de este Palacio para dirigirse hacia el Buckinham Palace y hacer el relevo oportuno, y los guardias salientes llegan de nuevo al St. James Palace. Al ser un lugar bastante desconocido no es necesario llegar con tanta antelación.
Curioseamos un poco Green Park y salimos a la altura de Wellington Arch para adentrarnos en Hyde Park. Llegamos hasta el lago Serpentine y salimos del parque, ya que al ser tan grande no queríamos perder la noción del tiempo.
Seguimos callejeando por el barrio de Mayfair, barrio muy elegante lleno de casitas típicamente londinenses en las que de vez en cuando encuentras unas placas de color azul. Estas placas conmemoran el vínculo que existió durante el siglo XIX entre un lugar y una persona famosa o acontecimiento. Fijate bien, te sorprenderás.
Al salir de este adinerado barrio llegamos a Trafalgar Square. Esta plaza es pura historia ya que, como podrás suponer, conmemora la batalla de trafalgar que se disputó entre Francia, España e Inglaterra en el año 1805.
Por ese motivo, se encuentra en ella la Columna de Nelson, almirante británico, fallecido en dicha batalla. Además, tanto la estatua de Nelson como los 4 leones que rodean la base, están construidos con el bronce fundido de los cañones empleados en la misma batalla.
Comienzan a rugirnos los estómagos por lo que empezamos a buscar algún sitio que nos llame la atención y encontramos un italiano en Leicester square que tenía buena pinta. Esta plaza está repleta de restaurantes y ocio en general, por lo que suele estar muy concurrida, también desde esta plaza se accede a China Town.
Con los estómagos llenos y habiendo descansado un poco, retomamos la marcha en dirección a Covent Garden, un mercado cubierto con mucho encanto, al igual que sus calles adyacentes.
Tras explorarlo un poco, continuamos y aparecemos en un entramado de calles que me pareció encantador, como salido de un cuento, se conocen como Seven Dials, ya que está formado por 7 callecitas cuyas tiendas están decoradas con mucho mimo.
A continuación, volvimos a Regent Street, la calle cuyo alumbrado Navideño nos robó el corazón. De ahí nos adentramos en el Soho, el corazón de la Navidad en Londres. Concretamente, en Carnaby street, una calle que tampoco tiene desperdicio, por su alumbrado y por su animado ambiente.
Al salir de Carnaby street nos topamos con el edificio Liberty, un edificio construido al más puro estilo Tudor que nos pareció muy auténtico. Luego continuamos por la famosa Oxford street. Pura calle comercial, con todo tipo de tiendas. Desde cadenas de moda españolas, grandes almacenes británicos como House of Fraser o John Lewis, e irlandeses como Primark, entre muchas más.
Nos adentramos en New Bond street, en la que se encuentran tiendas de la talla de Longchamp o Hermes, cuyo alumbrado también es muy bonito. Tras un rato caminando torcemos hasta llegar de nuevo a Regent Street a la altura de Hamleys, la tienda de juguetes más antigua y grande del mundo.
Por último, llegamos a Picadilly Circus. La primera vez que pisé esta plaza no sabía hacia donde mirar. Entre pantallas luminosas, gente por todas partes y la confluencia de diferentes calles donde el alumbrado era diferente en cada uno de ellas y a cuál más bonito, se me hacía imposible elegir el camino a seguir.
Pero, sin duda, lo mejor es el ambiente que se respira, los espontáneos que cantan, bailan o hacen beatbox, es algo que no se puede explicar, hay que vivirlo. Cierto es que no es un lugar muy grande, ni tan espectacular como Times square en New York, pero a mí me conquistó.
Llegados a este punto, os podréis imaginar que estamos hechos papilla de tanto caminar por lo que paramos a cenar y retomamos fuerzas para llegar hasta el hotel. Este día de Navidad en Londres quedará para siempre dentro de nosotros.
Día 3: Boxing Day
Llegó el último día de esta ruta tan especial, por haber coincidido con la Navidad en Londres, por lo que nos levantamos con muchas ganas de disfrutarlo al máximo.
Ponemos rumbo hacia la zona financiera llamada Canary Wharf, se trata de un complejo de negocios repleto de rascacielos ubicado en la isla de los perros. Para llegar allí tomamos el metro en Waterloo station, línea Jubilee, hasta la parada Canary Wharf Station y llegamos en unos 20 minutos.
Dada la altura de los edificios, se formaban grandes corrientes de aire, pero valió la pena la visita ya que, además de negocios, también hay viviendas, lujosos yates y hasta un gran centro comercial llamado Canary Wharf Shopping Centre. Como ves no son muy originales…
Al finalizar nuestro paseo volvimos a hacer el mismo recorrido a la inversa para llegar al London Eye. Si lo recuerdas, compramos un combo de bus turístico+London Eye, por lo que vamos a utilizarlo hoy. Había una cola de unos 10 minutos, poca cosa, y enseguida subimos a nuestra capsula.
La noria se compone de 32 capsulas en representación de cada uno de los barrios de Londres. Hay capacidad para 28 personas en cada cápsula, y siguen quedando espacios para poder moverte libremente por toda la superficie. Al ser acristaladas se obtienen unas vistas de 360º.
He de decir que el precio de la entrada es bastante elevado, pero es la tónica habitual en esta ciudad. De todos modos, considero un acierto subir a ella y poder disfrutar de las vistas que ofrece, eso sí, siempre y cuando haga un día despejado. Condición que, en nuestro caso, se cumplió.
Cuando finalizó la visita decidimos sumergirnos de lleno en el Boxing day, primer día de rebajas en Londres, por lo que pusimos rumbo a Harrods.
Se trata de un gran Almacén situado en el barrio de Knightsbridge. Su interior es una pasada, la sala egipcia es la que más nos impresionó. Se puede encontrar tanto ropa y complementos como comida y un sinfín de cosas más. Eso sí, no es apto para todos los bolsillos, pero mirar todavía sigue siendo gratis así que es lo que hicimos, observarlo todo como si se tratase de un museo.
Después de dejarnos los dientes largos, parece que no teníamos suficiente y decidimos dirigirnos hacia el barrio de Belgravia. Pasamos por este barrio el primer día con el bus turístico y nos pareció una maravilla por lo que nos apetecía pasear sus calles.
Se trata de un barrio donde se puede encontrar un gran número de embajadas, hoteles de lujo, boutiques, restaurantes de alta cocina y elegantes casas. Ya que estábamos por allí hicimos una visita a la embajada española.
Se va acercando la hora de comer por lo que decidimos volver al hotel para comer algo por esa zona y así, al finalizar, recoger las maletas y poner rumbo al aeropuerto.
Por suerte, encontramos un restaurante de carne a la brasa en Boulevard road y decidimos entrar, lo cierto es que todo estaba riquísimo.
Al terminar recogimos nuestro equipaje, guardado en la recepción del hotel y fuimos a la parada de bus que teníamos en York road para subirnos al autobús de la compañía National Express que nos llevaría al aeropuerto de Stansted.
Y así concluye nuestra escapada descubriendo la Navidad en Londres. Sin duda, ha sido una gran experiencia, una ciudad impresionante con una incesante actividad y una multiculturalidad única, en la que hemos disfrutado muchísimo y hemos logrado desconectar de la rutina diaria.
Por todo esto y por la cantidad de cosas que nos han quedado en el tintero dada la especialidad de estos días festivos y por el gran tamaño de la urbe, estoy convencida de que volveré.
A continuación, dejo el mapa con los puntos más destacados de este itinerario de 3 días de Navidad en Londres, para que sea más visual.
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¡Nos vemos en el próximo destino!