Ruta por la Costa Azul

Ruta por la Costa Azul francesa en 5 días



5 días de ruta por la Costa Azul explorando sus ciudades más emblemáticas.

Con la llegada de la primavera y coincidiendo con Semana Santa, es el momento ideal de emprender un nuevo viaje. Para evitar el encarecimiento de precios propio de esta época del año nos decantamos por visitar un lugar cercano al que pudiesemos llegar en coche. Y hacer una ruta por la Costa Azul francesa nos pareció el plan perfecto para la ocasión. Así podíamos aprovechar la libertad que nos daba el coche para hacer diferentes paradas durante los 5 días que ibamos a dedicar a esta escapada.

Nosotros recorrimos las ciudades de Mónaco, Niza, Cannes, Port Grimaud, Saint-Tropez, Marsella y Montpellier. Sin embargo, a esta preciosa ruta por la Costa Azul se le pueden añadir tantos destinos como desées. Los que yo hubiese incluido de haber tenido más tiempo son: Mentón, Villefranche-sur-Mer, Èze, Antibes y Tolón.


Día 1. Cannes y llegada a Niza

Comenzamos la ruta por la Costa Azul saliendo de Palamós (Girona) a las 8 a.m. Tras un trayecto de, aproximadamente 6h, llegamos a Cannes, donde hacemos nuestra primera parada.

En Cannes lo más destacable son sus playas de aguas turquesas, las lujosas boutiques y hoteles palaciegos que engalanan sus calles y su paseo de la fama. En él puedes ver las huellas de los famosos y sus autógrafos incrustados en el suelo. Además, en el palacio de festivales y congresos se celebra cada año el famoso festival de cine de Cannes.

Ruta por la Costa Azul
Paseo de la fama

Aunque no es una ciudad muy grande, lo más recomendable es que dediques, al menos, 1 día completo. Seguro agraderás pasear por sus calles tranquilamente empapándote de cada uno de sus encantadores rincones.

Por supuesto, si vas en verano y quieres disfrutar de sus playas, deberías ampliar la estancia.

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Cannes

Continuamos esta ruta por la Costa Azul, en dirección a nuestro destino final, Niza, donde tenemos reservado nuestro hotel.

Una vez instalados en la habitación decidimos caminar por el paseo de los ingleses en dirección al centro de la ciudad, la cual visitamos grosso modo y cenamos.


Día 2. Visitando Mónaco y Niza

Amanece un nuevo día y nuestra ruta por la Costa Azul continúa poniendo rumbo a Mónaco. Esta vez lo hacemos en tren ya que hay buena combinación y así evitamos tener que buscar parking.

Lo cierto es que planificamos dedicar una mañana a Mónaco, pero bien merece la pena un día completo. Medio día no es suficiente para todo lo que puede ofrecer la ciudad a pesar de sus 2km2.

Otro aspecto importante es que el Casino abre a partir de las 14h por lo que nos quedamos con las ganas de entrar. De ahí mi recomendación sobre dedicarle un día completo, como mínimo.

Ahora sí, ¿Qué hacer un día en Mónaco?

Al llegar a la estación de tren estábamos ansiosos por ver el Casino de Monte-Carlo y eso es lo que hicimos. La verdad es que Mónaco no tiene desperdicio alguno. Cada rincón impresiona por su belleza y el casino no iba a ser menos. Pero, como he mencionado antes, nuestro gozo en un pozo ya que solo pudimos verlo por fuera. 

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Casino de Monte-Carlo

Después de hacernos las fotos de rigor y ver un desfile de coches de alta gama alardeando ante las miradas atónitas de los turistas, fuimos a la plage du Larvotto.

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Plage du Larvotto

Allí dimos media vuelta y volvimos sobre nuestros pasos hasta llegar al Port Hercule. Lugar donde, además de encontrar lujosos yates atracados, se obtienen unas impactantes vistas de multitud de edificios emergiendo de la propia montaña. Sin duda, un paisaje digno de admirar.

Cerca de éste se encuentra la famosa curva del circuito de F1 de Mónaco, la cual no podrán perderse los aficionados a este deporte.

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Curva del circuito de F1 de Mónaco

A continuación, cerca de la place d’Armes se encuentra el inicio de la Rampe de la Major. Se trata de un camino que nos conducirá hasta Le Palais Princier, también conocido como el Palacio Grimaldi. A pesar de ser la residencia del Príncipe de Mónaco, también puede visitarse, cosa que no hicimos por falta de tiempo.

De ahí bajamos hasta la Catedral de San Nicolás, lugar donde se encuentran enterrados Rainiero de Mónaco y Grace Kelly.

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Catedral de Mónaco

Por último, nos adentramos en los jardines de San Martín y nos dirigimos hacia la estación de tren para volver a Niza.

Por supuesto en Mónaco hay muchos más lugares de interés que puedes visitar como el Museo del viejo Monaco, el Museo Naval, el Oceanográfico, El estadio de fútbol Luis II, el puerto de Fontvieille, etc.

Como comenté anteriormente nosotros no disponíamos de más tiempo ya que subestimamos la ciudad. Así que, si dispones de tiempo, dedicarle un día es lo mínimo para poder conocer Mónaco en mayor profundidad.


El trayecto en tren desde Mónaco a Niza y viceversa tiene una duración de aproximadamente 30 minutos. Durante este trayecto pudimos descubrir un pueblecito encantador llamado Villefranche-sur-Mer. Desde el tren pudimos ver sus playas de agua cristalina y nos quedamos con las ganas de poder visitarlo. Si dispones de tiempo, seguro que es un acierto dedicarle unas horas.


Cerca de la estación de Niza se encuentra la Basílica de nuestra señora de la Asunción ubicada en la Avenida Jean Medecin. Ésta es la principal calle comercial de la ciudad. Continuamos hasta el centro neurálgico de la ciudad, la Place Masséna. Se trata de una plaza grandiosa rodeada de soportales, fuentes y zonas ajardinadas, cuyo pavimento la convierte en una plaza inconfundible. Está presidida por la escultura del Dios Apolo en la conocida fuente del sol.

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Place Masséna

Una vez en el paseo marítimo de Niza, le promenade des Anglais pudimos observar la Grande Chaise Bleue. Una escultura de una silla de playa, muy acorde con el lugar en el que se encuentra.

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Promenade des Anglais

Puesto que el primer día recorrimos el paseo marítimo desde el oeste hasta este punto, ahora nos decidimos a hacerlo hacia el este, donde se encuentra el ascensor para subir al castillo. También se puede subir a pie, si prefieres caminar. Desde arriba se obtienen unas maravillosas vistas de la ciudad.

A continuación, bajamos del castillo y continuamos recorriendo el paseo marítimo. Encontramos a nuestro paso el puerto de Niza y más adelante el barrio de Riquier, el cual exploramos junto con la Vieille Ville donde cenamos y pusimos fin a este intenso día.


Día 3. Port Grimaud, Saint-Tropez y llegada a Marsella

Hoy tenemos un largo día por delante, nos trasladamos a Marsella haciendo paradas en Port Grimaud y Saint-Tropez. Hacemos el check-out en nuestro hotel y antes de abandonar Niza para continuar con nuestra ruta por la Costa Azul, nos acercamos a ver la Catedral de San Nicolás de Niza. Iglesia ortodoxa rusa, cuya belleza nos pareció suficiente para no querer perdérnosla.

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Catedral de San Nicolás de Niza

Una vez hecha la visita, ponemos rumbo a Port Grimaud, de la cual nos separa un trayecto de hora y veinte en coche.

Cuando llegamos a este curioso pueblito formado por multitud de canales comenzaba a llover. Realmente una lástima, pero esto no nos disuadió de nuestra idea de subir a un barco para recorrer los canales de este pueblo, conocido como la Venecia francesa. Durante el recorrido pudimos observar que la gran mayoría de habitantes disponen de embarcadero propio ya que su principal medio de transporte es el barco.

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Port Grimaud

Por supuesto este pueblo no tiene nada que ver con Venecia, a parte de tener canales. Dicho esto, continuamos con nuestra ruta hacia Saint-Tropez, situado a 10 min en coche.

Es cierto que la costa azul en general se caracteriza por sus bonitas playas y su alto nivel de vida. Sus yates, coches de lujo y boutiques de primeras marcas. Por eso Saint-Tropez no podía ser menos, incluso podría afirmar que los yates que llegué a ver allí no tenían rival alguno. 

También debo apuntar que el casco antiguo en sí no me gustó mucho. Estaba muy descuidado, sobre todo la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, famosa por haber aparecido en numerosas películas. Los puntos fuertes de esta villa son, sin duda, los puertos náuticos, junto con sus embarcaciones, y las boutiques de lujo ubicadas en elegantísimos edificios. Además del ambiente que se respira al pasear sus calles.

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iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Sobre las 7 de la tarde nos despedimos de Saint-Tropez y retomamos nuestro camino hacia Marsella. Tras casi dos horas de trayecto por fin llegamos al hotel y pudimos descansar después de un duro día.


Día 4. Explorando Marsella

Al amanecer nos ponemos en marcha para continuar descubriendo más lugares de esta ruta por la Costa Azul.

Tenemos muchas ganas de explorar la segunda ciudad en población y tercera en importancia de toda Francia. Esto es así, dado el papel que ha jugado a lo largo de la historia gracias a su viejo puerto. Lugar de comercio desde su fundación por los griegos hasta la actualidad. Aunque es en el puerto nuevo donde a diario atracan multitud de cruceros que llenan la ciudad de turistas ansiosos por conocer esta ciudad de contrastes, refugio de argelinos en su mayoría.

Lo primero que nos encontramos de camino al centro de la ciudad es la Catedral de Marsella, la cual impresiona por su grandiosidad y belleza. Un poco más adelante nos topamos con el famoso Vieux Port. En el destacan tanto barcos pesqueros como yates e incluso pequeñas embarcaciones que se dedican a vender los típicos jabones de Marsella a los numerosos turistas.

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Catedral de Marsella

Continuamos bordeando el puerto viejo hasta el extremo contrario donde se encuentra el Fuerte de San Nicolás. Si no te apetece caminar, existe un servicio de ferry que permite cruzar el puerto por el módico precio de 0,50€.


Desde el puerto viejo también salen los pequeños trenes turísticos con los cuales se puede subir hasta la Basílica de “Notre-Dame de la Garde


Volviendo sobre nuestros pasos nos dirigimos hacia la calle Canabière, arteria comercial de la ciudad. En ella se encuentra la Ópera, todo tipo de comercios, cafés, hoteles, y la bonita Iglesia Saint-Vincent de Paul. En ese punto giramos a la izquierda para seguir por el Boulevard Longchamp el cual nos conducirá hasta Palais LongChamps. Maravilloso parque público de grandes dimensiones, con una fuente central ornamentada con numerosas esculturas. Uno de los lugares más bonitos de esta ruta por la Costa Azul. A nosotros nos dejó sin palabras.

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Palais LongChamps

De vuelta al centro de la ciudad apareció ante nuestros ojos la Porte d’Aix un precioso arco del triunfo que marca el antiguo punto de entrada a la ciudad en el camino de Aix-en-Provence.

Callejeamos un poco por el barrio Le Panier, el auténtico barrio histórico de la ciudad. Decadente, pero imprescindible para comprender la cultura marsellesa.

En la frontera entre los barrios de Le Paniere y Accoules, destacan el Hotel de Ville y el Mairie Pavillon Daviel. Desde allí se obtienen unas magníficas vistas del puerto y de Notre-Dame de la Garde, lugar donde nos dirigimos a continuación.

Para ello, decidimos hacerlo en tren, todo un acierto si ya comienzas a estar cansado ya que hay una gran pendiente durante el camino. Así pudimos disfrutar de las vistas que se van obteniendo de la ciudad y de la costa, junto con un pequeño archipiélago en el que se encuentra el Chateau d’if, Lugar en el que se inspiró el Conde de Montecristo.

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Notre Dame de la Garde

Una vez arriba entramos en la Basílica y, como era de esperar, la belleza de su interior se equipara a la perfección con la de su exterior. Sin duda, es otro imprescindible de esta ciudad.

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Interior de Notre Dame de la Garde

Para ganar tiempo decidimos volver al puerto viejo de nuevo en tren. Una vez allí, entramos en la Place d’Armes situada encima del Fort Saint-Jean y cruzamos la pasarela que conduce al Mucem, museo de las civilizaciones de Europa. No entramos por falta de tiempo, pero nos hacía gracia cruzar la pasarela.

Como colofón final volvemos al puerto viejo para ver allí el atardecer. Cenamos por la zona y volvímos al hotel en tranvía para descansar.

Atardecer en Port Vieux


Día 5. Montpellier. Último destino de esta ruta por la Costa Azul.

Hoy es nuestro último día de ruta por la Costa Azul, así que tenemos que volver a casa, pero antes haremos una parada en Montpellier

De Marsella a Montpellier tenemos aproximadamente 2 horas de camino por lo que llegamos a Montpellier alrededor de las 12 de la mañana.

Nuestra primera parada, como no podía ser de otra manera, es la Place de la Comedie. Situada en el centro neurálgico de la ciudad alberga la Ópera, la fuente de las tres gracias y la esplanada de Charles De Gaulle. Además de numerosos cafés y restaurantes, eso sí, a precios bastante elevados dada su céntrica ubicación.

Place de la Comedie

A continuación, tomamos la rue de la Loge, principal calle comercial y la cual conduce hasta el mercado de Montpellier, también llamado Les Halles Castellane. En mi opinión, cuando se visita un mercado es como si, por un momento, formásemos parte de la población local. Por ello es algo que suelo hacer en la mayoría de ciudades a los que voy.

Un poco más adelante encontraremos la Prefecture de l’Herault en la plaza de los mártires. Seguimos por la rue Foch que conducirá al Arco del Triunfo, también llamado Porte du Peyrou. Junto a él se encuentra la Cour d’Appel de Montpellier o, lo que es lo mismo, El Tribunal de apelaciones.

Porte du Peyrou

Tras el Arco del Triunfo, se encuentra le Promenade du Peyrou a través del cual llegaremos al Acueducto de San Clemente. Toda esta zona es un remanso de paz que invita al relax y la desconexión ya que, al menos cuando nosotros fuimos, apenas había gente. 

Acueducto de San Clemente

Después de haber descansado un ratito, retomamos nuestro camino dirigiéndonos a la Facultad de Medicina, la más antigua del mundo en activo. Ésta se encuentra junto a la Cathédrale Saint-Pierre en la cual no pudimos entrar, pero su exterior es muy imponente.

Cathédrale Saint-Pierre

Dado que tenemos hambre volvemos al punto de partida, la place de la Comedie. Allí paramos a comer antes de emprender el último trayecto de esta maravillosa ruta por la Costa Azul.

Nos hubiese gustado disponer de más tiempo para poder dedicarlo a pasear sus ambientadas calles, pero nos separaban de casa unas 3 horas de camino y no queríamos llegar muy tarde.

Pues bien, aquí finaliza esta inolvidable ruta por la Costa Azul, en la que vivimos unos días fantásticos visitando bellísimos lugares y desconectando de la rutina diaria.

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A continuación, dejo un mapa con los puntos más destacados de esta idílica ruta por la Costa Azul en 5 días.

¡Hasta nuestro próximo destino descubridores del mundo!

Mapa

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