5 días en República Checa – Un lugar de cuento
ÍNDICE
Visita Praga, Karlovy Vary y Český Krumlov en esta ruta de 5 días en República Checa.
Por fin llegó el momento de visitar el territorio del que fuese el Imperio austrohúngaro. Un viaje muy deseado por ambos que no nos defraudó en absoluto. En este post encontrarás detallados los primeros 5 días en República Checa, ya que la ruta que hicimos tiene una duración de 13 días y transcurre en 3 países. Por ello, la he dividido en 3 posts, uno por cada país.
Además, aquí tienes los enlaces de Austria y Hungría para que puedas disponer de la ruta al completo más fácilmente.
Ahora sí, entramos en materia. Recuerda que al final de la publicación, tendrás a tu disposición el mapa de la misma.
Día 1. Llegada a Praga
Nuestro viaje comienza a las 13h en el aeropuerto de Barcelona donde un avión nos llevará a la capital de la República Checa. Praga es una ciudad con muchísimo encanto donde pasear se convierte en un placer para los sentidos. La variedad de tonos pastel en los que se bañan las fachadas de sus edificios y ese aire bohemio que se respira es su seña de identidad.
En la capital estuvimos alojados 4 noches, pero realmente le dedicamos 2 días y medio. El resto del tiempo lo empleamos en visitar otras localizaciones como Karlovy Vary y Český Krumlov.
Desde el aeropuerto de Praga tomamos el bus 119 hasta Nádrazí Veleslavín. (Desde marzo de 2024 el bus 119 es sustituido por el 59) Esta estación enlaza con la línea A de metro hasta Staroměstská, situada entre el río Moldava y la plaza del ayuntamiento. Nuestro apartamento se encontraba a dos calles de dicha plaza, por lo que la ubicación era inmejorable.
El precio del Billete es de 1,30€ en las taquillas de las terminales 1 y 2 del aeropuerto y de 1,56€ si lo compras en el autobús. La duración del billete es de 90 min en todos los transportes de Praga y es necesario validarlos al subir en ellos.
Tras dejar las maletas en el apartamento ya estábamos listos para dar un paseo por el centro y llevarnos una primera impresión de la ciudad. Lo primero que hicimos fue recoger, en el punto de información que hay junto al ayuntamiento, nuestra “Prague Card”.
La Prague Card, para dos días completos, tiene un coste de 88€ por persona. Aquí puedes consultar su funcionamiento y hacer tu reserva.
Una vez hecho esto encontramos un puesto ambulante de Trdlo, un dulce típico de la zona que lo recomiendo 100%. Desde ese día me enganché y los probé de todos los sabores posibles, aunque para mi gusto el mejor es el tradicional, es decir, el de canela.
Dimos un bonito paseo por el centro de la ciudad y a la hora de cenar lo hicimos en una pizzería napolitana. A continuación, nos dirigimos al apartamento para descansar ya que el día siguiente venía cargadito de planes.
Día 2. Descubriendo Praga
Durante el día de hoy el plan era visitar toda la zona oeste de la ciudad, concretamente, Malá Strana y Hrad, el barrio del castillo.
Nuestra primera parada la hicimos en uno de los lugares más emblemáticos de Praga, el puente de Carlos. Abarrotado de turistas tanto de día como de noche, pero, sin duda, una visita imprescindible.
Seguidamente nos dirigimos hacia el Muro de John Lennon para hacernos la típica foto y continuamos hacia el parque Kampa. Allí encontramos los famosos bebés gateando, curiosas esculturas creadas por David Černý, un controvertido escultor checo.
Un lugar que me cautivó por su belleza y por el cuidado de cada uno de sus detalles fue el jardín Vrtbovská. Aunque no está incluido en la Praga Card, cuesta algo más de 5€ y vale la pena visitarlo. Los jardines en sí mismos son preciosos y se obtienen muy buenas vistas de toda la ciudad y sus tejados rojos.
Una vez finalizada la visita, descubrimos las calles Tržište y Nerudova las cuales tienen un encanto especial que bien merece la pena recorrerlas.
Entre estas dos calles se encuentra la Iglesia de San Nicolás, rodeada de facultades. No te pierdas el edificio de la facultad de música y danza. En esta plaza también podrás ver el huevo del dragón y la columna de la Santísima Trinidad.
Si continuamos recto, en dirección al castillo, nos topamos con la iglesia de Santo Tomás y más adelante con el palacio Valdstejnsky. Es en este último donde actualmente se encuentra el Senado de la República Checa. Su interior alberga unos preciosos jardines que se nos pasaron por alto. De haberlos conocido con anterioridad, sin duda, hubieran sido visita obligada en nuestro itinerario.
Por fin llegamos al castillo de Praga, que no es un castillo como tal sino una ciudadela integrada por iglesias, palacios, y jardines. La iglesia más destacada es la Catedral de San Vito y los antiguos palacios ahora albergan museos. Dentro de este recinto también encontramos la famosa calle del oro y el palacio de verano de la reina Anna. En la primera se puede ver desde una recreación de casas de la época hasta tiendas de productos típicos de la zona. El segundo nos quedó en el tintero por falta de tiempo.
Antes de entrar en el castillo paramos a comer para que el hambre no nos arruinase la visita. Exploramos la plaza Hradčanské y continuamos para ver el palacio Černínský y el Loreto. Después, volvimos sobre nuestros pasos y nos adentramos en el castillo. Te aconsejo que emplees al menos 3h para esta visita ya que es uno de los más grandes del mundo.
Una vez salimos del recinto del castillo nos dirigimos hacia el Museo de Franz Kafka. Junto a este se encuentra la calle más estrecha de Praga que, debido a su estrechez, necesita ser regulada por un semáforo.
Como todavía no había anochecido decidimos subir al monte Petrín, donde se encuentra la Torre Petrín. Mirador que ofrece una espectacular vista de la ciudad al completo. A la cima del monte se puede subir andando o en funicular. Puesto que queríamos llegar arriba de día, decidimos subir en funicular. Es muy cómodo, rápido y está incluido en la tarjeta de transporte 24 y 72h y en la Prague Visitor Pass. En cuanto a la Torre, se puede subir andando o en ascensor.
Después de este intenso día, cenamos algo rápido y nos vamos al apartamento a descansar.
Día 3. Profundizando en Praga
Amanece un nuevo día y con él nos ponemos en marcha para, esta vez, descubrir a fondo el corazón de la ciudad vieja.
Pero antes, subimos al parque Letná para contemplar sus maravillosas vistas. Una panorámica diferente de la ciudad con el río Moldava y sus puentes como protagonistas.
Comenzamos con un plato fuerte, el Josefov o barrio judío. En este se encuentran las Sinagogas más importantes de Praga, de las cuales visitamos 5, dado que en ese momento, la Sinagoga Vieja-Nueva no estaba incluida en la Praga Card. A día de hoy sí lo está y también en la Prague Visitor Pass.
A mi parecer, la más impresionante de todas es la Sinagoga española. En ella predomina una decoración con motivos moriscos, de ahí su nombre, dada la larga ocupación morisca en territorio español. Por otra parte, destaco el cementerio Judío como un imprescindible. Sin duda alguna, la aglomeración de lápidas sin orden aparente es, cuanto menos, curioso de ver.
El barrio judío de Praga es el mejor conservado de Europa. Esto se debe a que Adolf Hitler tenía preparado un macabro plan. Pensaba conservar el Josefov, únicamente para utilizarlo, cuando aniquilase por completo la raza judía, como museo de una raza extinta. En él se expondrían los objetos requisados previamente a los judíos.
Una vez nos empapamos de la cultura judía, la cual despierta mucho interés en mí, continuamos en dirección al río. A nuestro paso encontramos la Sala de conciertos Rudolfinum, en la que no entramos. Seguimos adelante y por el camino pudimos visitar la Iglesia de San Francisco de Asís y el Clemetinum. Lugar donde se encuentra la biblioteca nacional y la capilla de los espejos.
Más tarde, llegamos a la plaza de la ciudad vieja o plaza del Ayuntamiento. Allí se encuentra el propio Ayuntamiento, el cual alberga el reloj astronómico; la Iglesia de San Nicolás y la Iglesia de Tyn.
Por desgracia, en la fecha que fuimos estaban restaurando el reloj astronómico por lo que no pudimos verlo. Sin embargo, al hacer la visita al Ayuntamiento, tuvimos la “suerte” de poder ver su mecanismo interior junto a las figuras de los Apóstoles (algo es algo).
Seguidamente, nos dirigimos hacia la torre de la pólvora para hacer la visita. No tiene nada demasiado destacable pero como estaba incluida en la “Prague Card” aprovechamos lo máximo posible.
Más adelante, se encuentra la Henry’s Tower, en la que no subimos porque consideramos que iba a ser muy similar a la torre de la pólvora. Además no estaba incluida en la “Prague Card”.
Alrededor de las 15h de la tarde el hambre apretaba, por lo que fuimos en busca de un lugar adecuado para comer. Para ello continuamos por la calle Na Prikope, calle comercial en la que se puede encontrar las tiendas más famosas a nivel internacional.
Pues bien, en esa misma calle encontramos un Vapiano y decidimos entrar a probarlo. Realmente nos sorprendió para bien. Comida rápida con una buena relación calidad-precio.
Ahora con la barriga llena todo se ve de otra manera y ya estamos preparados para seguir descubriendo tan maravillosa ciudad. Así pues, emprendimos la búsqueda del busto de Franz Kafka. El atractivo de esta escultura es que la cabeza está laminada y estas láminas van girando en 3 fases hasta llegar a mostrar su perfil completo. Indudablemente, es interesante y muy curioso de ver.
Seguimos nuestro paseo hasta llegar al palacio Lucerna, el cual alberga en su interior una estatua en la que se muestra a Wenceslao montando un caballo boca abajo. Obra de David Černý.
Llega el momento de ver la emblemática plaza Wenceslao, con el Museo Nacional de Praga a sus espaldas. Realmente bonita en su conjunto. Si miramos hacia el Museo, a la izquierda se encuentra la Ópera, la cual no pudimos ver por trabajos de mantenimiento.
Continuamos en busca de la plaza de la Paz y allí tomamos el tranvía 16 en la parada Náměstí Míru hasta Karlovo náměstí, donde nos bajamos. Caminamos unos 4 minutos y llegamos a la Casa danzante. Este edificio fue construido para ocupar el último vacío que quedaba en la ciudad a causa de los bombardeos acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Al comienzo del día mi pareja se tropezó con un escalón e intenté sujetarlo para evitar su caída, con tan mala pata que me dio un latigazo en la espalda. No me trajo problemas a lo largo del día, pero llegados a este punto empezó a dolerme la espalda de tal manera que no pude continuar la ruta. Me tuve que ir al hotel a descansar porque temía que el dolor pudiera fastidiarme el resto de las vacaciones.
Día 4. Karlovy Vary, la ciudad balneario.
Nos levantamos temprano y pusimos rumbo hacia la ciudad balneario de Karlovy Vary. Ubicada en la región de Bohemia, es conocida por sus aguas termales. Éstas emanan de multitud de fuentes distribuidas por toda la ciudad y abastecen los diversos spas y balnearios que hay por la zona. Algo muy común en esta ciudad es ver a los turistas, taza en mano, probando los diferentes tipos de agua de las fuentes. Hay muchos lugares donde venden todo tipo de tazas dedicadas a este fin. Sinceramente yo no lo intenté porque ya me advirtieron que muy buena no está. Aunque supongo que se hace con fines terapéuticos.
Esta ciudad es todo un remanso de paz que invita a relajarse en cualquier banco de sus preciosos parques. Lugar elegante donde los haya, engalanado con los preciosos tonos pastel de sus fachadas y habitado, en su mayoría, por fortunas rusas.
Lo primero que hicimos en Praga, fue dirigirnos a la estación de autobuses de Florenc. Desde este punto sale nuestro autobús de la compañía Flixbus, cuyos billetes ya habíamos comprado previamente online.
Transcurridas, aproximadamente, dos horas llegamos a la estación de Karlovy Vary. Ponemos rumbo hacia Kasna, un bonito parque donde se encuentra ubicado el majestuoso Elisabeth Spa. Este nombre se le atribuyó en honor a la Emperatriz de Austria, Sissi, en el año 1906.
Caminamos por la ribera del río Teplá hasta llegar al Parque Columnata. Compuesta por una serie de columnas y arcadas de color blanco ubicadas alrededor de una gran zona ajardinada. Aunque, a priori, no parezca tener un gran atractivo, es más bien lo contrario. Se trata de un paisaje maravilloso que invita a hacer multitud de fotos, a pesar de que ninguna pueda captar su belleza real.
Tras salir del parque seguimos caminando junto al río a través de todas sus columnatas. La primera que encontramos fue la columnata del molino, la cual alberga diversas fuentes termales. Lugar ideal para degustar los diferentes tipos de aguas que de ellas emanan.
Seguimos adelante por la calle Lázeňská, una pequeña calle comercial que nos llevará a parar a la columnata del Castillo. Se trata de otra de las columnatas más emblemáticas de la ciudad que alberga en su interior el mercado. Tras ella se puede ver la torre del castillo de Karlovy Vary.
Justo frente a la Columnata del Castillo hay una calle que nos lleva al otro lado del río, donde se encuentra la Iglesia de María Magdalena. Tras verla, volvemos sobre nuestros pasos para continuar el recorrido donde lo dejamos. Al llegar al puente Teplá encontramos el Géiser Vřídlo, cuya mayor altura alcanzada son 12 metros. Además, sus aguas están a una temperatura de 72 ºC.
De vuelta a la orilla del río por la que veníamos, continuamos nuestro paseo a pie hasta llegar al Hotel Pupp. Este hotel fue escenario de la película Casino Royale de James Bond. Previamente pasamos por el Teatro de la ciudad, en la orilla opuesta del río.
Una vez pasado el hotel cruzamos el río por el puente Festivalový y encontramos el Kaiserbad Spa, otro de los escenarios de la misma película. Concretamente el casino de Montenegro.
Comenzamos a deshacer el camino y a la altura del parque columnata tomamos la calle Sadová. En ella se encuentra la Catedral ortodoxa de San Pedro y la Iglesia de San Pedro. Tras estas visitas pusimos rumbo a la estación donde teníamos previsto nuestro autobús de vuelta a Praga a las 19h.
Indudablemente, esta ciudad está ubicada en un enclave mágico que invita a desconectar del mundo por unas horas. Por ello es recomendable para todo tipo de personas. Tanto si quieres disfrutar de los beneficios de sus aguas termales como si únicamente buscas deleitarte con su belleza.
Día 5. Última visita de República Checa: Český Krumlov.
Este día teníamos alquilado un coche para desplazarnos a nuestro próximo destino, Český Krumlov. Así pues, lo primero que hacemos es ir a buscar el coche y pasar por el apartamento para cargar nuestras maletas en él.
Hicimos una primera parada, tras conducir una hora y media, en Hluboká nad Vltavou. Se trata de uno de los castillos más bellos del país, del que solo visitamos sus jardines. De no haber ido tan justos de tiempo, nos hubiera encantado conocerlo en mayor profundidad.
Tras media hora más conduciendo, llegamos a Český Krumlov, aproximadamente a las 13h. Aparcamos junto al castillo, en el parking P1, donde los primeros 40 minutos son gratis y el resto a 1,94€/h.
Pasamos bajo el viaducto y cruzamos el río Moldava para llegar al centro histórico de la ciudad. Nos dedicamos a callejear por todas y cada una de las calles, ya que es un lugar muy pequeñito y con muchísimo encanto. Sin duda, parece que lo hayan sacado de un cuento.
En la plaza del ayuntamiento se encuentra la columna de la peste, en memoria del fin de esta epidemia que asoló Europa central. Además, al ser festivo, nosotros encontramos un gran mercado de artesanías y comidas típicas de la zona.
También quisiera destacar la iglesia de San Vito, que se encuentra muy cerca del ayuntamiento y junto a la calle Horní. Esta calle ofrece una panorámica precioso desde su mirador.
Cruzamos el puente de madera para llegar a la última puerta de entrada a la ciudad que todavía permanece en pie, la puerta de Ceske Budejovice. Lo hicimos por la calle Latrán, en la que pudimos ver a nuestro paso, pintorescas casas y la puerta al castillo.
Volvimos atrás para, ahora sí, entrar en el recinto del castillo, compuesto por 40 edificios y los jardines. Este es el monumento más emblemático de la ciudad y está declarado Patrimonio de la Humanidad. Se construyó en el siglo XIII en la cima del monte situándolo así en el punto más alto de la ciudad. Un detalle que no debes pasar por alto son las bonitas pinturas mural de algunas de sus fachadas, tan típicas en la zona.
Muy cerca de la entrada al complejo del castillo vemos la torre circular, cuyo mirador ofrece maravillosas vistas de la ciudad.
La entrada al complejo del castillo es libre, mientras que para subir al mirador de la torre y entrar a los edificios del castillo hay que pagar.
Tras recorrer parte del castillo, alucinamos con las vistas que ofrece el puente Plášťový. Más adelante, llegamos a sus jardines que, como ya cabía esperar, están a la altura del resto del recinto en cuanto a belleza y cuidado. En ellos también se encuentra el famoso teatro giratorio.
De ahí volvimos al parking para emprender nuestro viaje hasta Salzburgo, cuyo itinerario continuará en la siguiente publicación. Si quieres realizar nuestra misma ruta, puedes acceder a las guías desde aquí pinchando en Austria en 5 días y en Budapest.
Espero haberte servido de ayuda a la hora de organizar tu viaje. Como siempre estoy a tu disposición para resolver cualquier tipo de duda o consulta que pueda ayudarte a que todo salga a la perfección.
Si te ha gustado recuerda dejarme tu like y compartir con quien consideres que puedan serle útiles estos consejos.
A continuación, tienes el mapa de esta ruta de 5 días en República Checa para que tengas toda la información de manera más visual.
¡Hasta el próximo destino!
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