Budapest – Guía de 3 días en la capital húngara
ÍNDICE
Déjate sorprender por Budapest, la joya del Danubio.
Llega la etapa final de esta ruta por el antiguo imperio austrohúngaro, con la visita a Budapest, a la que dedicamos 3 días. Si quieres completar la información de esta ruta puedes hacerlo pinchando en República Checa en 5 días y en Austria en 5 días.
Budapest es la unión de dos antiguas ciudades, Buda y Pest situadas en la orilla derecha e izquierda respectivamente del río Danubio. En el siglo XVII Hungría cayó en manos de los Habsburgo. En el siglo XIX se construyó el primer puente que unía ambas ciudades, el famoso Puente de las Cadenas. Unos años más tarde se unieron ambas ciudades dando lugar a la actual Budapest, la cual se convirtió en la segunda ciudad en importancia del imperio Austrohúngaro. Después de la Primera Guerra Mundial se constituyó el Estado Húngaro Independiente, en la Segunda Guerra Mundial cayeron en manos de los soviéticos y en 1989 con la caída de la Unión Soviética, nació la República Húngara.
En la actualidad, Pest es la zona más poblada, donde se concentra toda la industria junto con la clase obrera y Buda es el centro histórico y está considerada una zona de mayor prestigio. Por otra parte, mientras Pest es una zona llana, Buda es escarpada y boscosa.
Ya había oído hablar muy bien de ella, pero superó, con creces, las expectativas. Es un lugar precioso, que ofrece todo lo positivo de una capital y carece de los aspectos negativos. Al tratarse de una ciudad no demasiado grande es perfecta para recorrerla tranquilamente a pie. Además, es el lugar ideal para olvidar el estrés y la rutina del día a día en sus maravillosos balneario s de aguas termales.
Ahora sí, te detallo la ruta que seguimos durante estos 3 días en Budapest. Como siempre, tienes a tu disposición el mapa con los lugares más destacados al final del post. Y si quieres ver todas las actividades que puedes realizar en la ciudad puedes hacerlo entrando en este enlace.
Día 1. Descubriendo Pest.
Amanecimos en Viena y tras hacer el check-out nos dirigimos hacia la estación central para subirnos al tren que nos llevaría a Budapest en unas 2:30h. Una vez allí tomamos la línea de metro 2 hasta Deák Ferenc tér y sobre las 12h llegamos al hotel Regency suites, donde nos hospedamos 2 noches.
Este día lo dedicamos a explorar la zona de Pest y nuestra primera visita fue la Gran Sinagoga, situada muy cerca de nuestro hotel. Se trata de la sinagoga más grande de Eurasia y la segunda más grande del mundo. Esta visita es un imprescindible de la ciudad y no solo por su belleza sino por ser una visita muy completa. Cada hora se hacen tours guiados en diversos idiomas, incluido el español, en los que explican curiosidades y detalles del interior de la misma, que de otro modo podrían pasar desapercibidos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis convirtieron los alrededores de la Sinagoga en un ghetto judío y, posteriormente, en un campo de concentración. Por ello en el exterior se encuentra el cementerio judío y el árbol de la vida, el cual lleva grabado en cada una de sus hojas de acero el nombre de un judío asesinado durante el Holocausto.
Tras esta impactante visita en la que uno toma conciencia de la barbarie vivida en el lugar, paramos a comer algo. Luego pusimos rumbo a la Basílica de San Esteban o Catedral de Budapest, el edificio religioso más grande de Hungría. Su interior alberga una reliquia muy destacada, la Santa Diestra, que no es ni más ni menos que la mano momificada del rey Esteban I. Este rey fue el cristianizador de los húngaros, su primer rey y el fundador del Estado. La visita también tiene una duración aproximada de 1 hora incluyendo la subida a la cúpula desde donde se obtienen magníficas vistas de toda la ciudad.
Al salir de la Catedral continuamos dejando a nuestra espalda su fachada frontal y encontramos la estatua de un Policía barrigón de la época imperial. Por lo visto, es muy típico acercarse a frotarle la barriga para no engordar y tocarle el bigote para tener suerte.
Hecho esto, continuamos hacia el Monumento a la liberación Soviética de Hungría. Este se levantó en memoria de la liberación de Hungría por parte de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Para llegar a él también pasamos por delante del Memorial a las víctimas de la ocupación alemana, en mi opinión mucho más bonito que el otro.
De ahí pusimos rumbo al Parlamento. Me atrevería a decir que es el edificio más imponente y majestuoso que he visto jamás. Ya sea de día o de noche, iluminado. Desde tierra o desde el Danubio, es impresionante y merece muchísimo la pena estar frente a él. Por supuesto, hicimos la visita a su interior, pero estaba programada para el último día.
El Museo Etnográfico, se encuentra frente al Parlamento y se trata de un edificio cuya arquitectura hace que merezca la pena su visita. Nosotros no entramos por falta de tiempo, pero en él se expone mayoritariamente la vida y cultura del pueblo húngaro.
Lo próximo que vimos fue el Monumento a las Víctimas del Holocausto. Este consiste en una hilera de varios pares de zapatos de bronce a orillas del Danubio en memoria de los judíos asesinados junto al río. Los nazis, antes de fusilarlos y que estos cayeran al río, les hacían quitar los zapatos. Era una manera de despojarlos de todo y humillarlos todavía más, si cabe. Es un lugar muy emotivo, sobre todo porque dentro de ellos suele haber flores y velas que convierten al lugar en una especie de altar.
Continuamos caminando por la ribera del río hasta llegar a la estatua de la Princesita, todo un símbolo de la ciudad. Aunque más que una princesa parece un duende, pero bueno.
Muy cerca de esta escultura se encuentra otra, no tan conocida, de una niña con un perro y una pelota y, frente a ella, vemos la Sala de Conciertos Vigadó. Es la segunda sala de conciertos más grande de Budapest cuyo edificio irradia pura elegancia.
Hago un inciso para recomendarte que pruebes un dulce tradicional húngaro llamado Kürtőskalác. Hay por toda la ciudad, tanto en puestos ambulantes como en locales fijos. Están buenísimos de todas las maneras, aunque para mí el mejor es el de canela. No pude parar de comerlo durante todo el viaje.
Seguimos nuestro paseo por la calle Vaci Utca, principal arteria comercial de la ciudad y muy animada a todas horas. Llegamos al embarcadero donde nos esperaba el barco de la compañía City Cruises Legenda, con el que hicimos nuestro recorrido nocturno por el Danubio. 100% recomendable ya que la manera de contar la historia de la ciudad narrada por el propio río es muy interesante y original. Además, el paseo es súper romántico y las vistas de toda la ciudad iluminada no tienen igual. Así pues, toma nota porque una visita a Budapest no estará completa sino te llevas esta panorámica de la ciudad desde el río.
Nuestro recorrido se llama Danube Legend, el trayecto tiene una hora de duración. La bebida está incluida en el precio y puedes escoger entre champan, vino, cerveza, refrescos y agua mineral. Además, dispone de audioguía en 30 idiomas acompañada con una película. Los horarios van cambiando a lo largo del año por lo que es mejor consultarlo en su web. Y el precio para adultos es de 6300 HUF.
Al finalizar la travesía volvimos a tierra firme y fuimos en busca de un lugar para cenar antes de regresar al hotel.
Día 2. Explorando Buda
Amaneció el día con un sol radiante y nos pusimos en marcha con mucha energía e ilusión por descubrir la otra orilla del río, Buda.
Iniciamos nuestro recorrido cruzando el Puente de las Cadenas. Como curiosidad comentar que los 4 leones de sus extremos no tienen lengua, cosa que acabó con la vida de su escultor, quién al darse cuenta, se lanzó al río.
Ya en Buda, lo primero que encontramos fue la escultura que marca el Kilómetro 0 de Hungría, situada al pie del funicular que sube al Castillo de Buda. Esta fortaleza, declarada Patrimonio de la Humanidad, es uno de los monumentos más emblemáticos de Budapest. Es conocido también como Palacio Real ya que fue la residencia de la familia real húngara. En la actualidad su interior alberga el Museo de Historia de Budapest y la Galería Nacional Húngara. Toda la zona del Castillo es preciosa y además ofrece espectaculares vistas de la ciudad, protagonizadas por el Danubio y Pest.
A continuación, pusimos rumbo al ayuntamiento viejo, pero antes, por el camino, encontramos la entrada al Laberinto del Castillo de Buda, visita que nos quedó en el tintero. Éste ha servido desde refugio en la prehistoria hasta cámara de tortura, cárcel, búnker y hospital militar en el siglo XX. Más tarde lo acondicionaron para poder abrir sus puertas al público. La visita dura unos 30 minutos y lo ideal es hacerla a partir de las 18h porque apagan las luces y se hace el recorrido con una lámpara de aceite, dándole así más emoción e intriga a la misma.
Una vez, en la plaza del ayuntamiento viejo encontramos también la Iglesia de Matías Corvino y la escultura de la Santísima Trinidad. Por último, llegamos al Bastión de los Pescadores, desde donde se obtienen las mejores vistas del Parlamento y de toda la zona de Pest. El Bastión de los pescadores está formado por 7 torres que representan las 7 tribus fundadoras de Hungría y la estatua ecuestre de Esteban I. Sin duda, este lugar es el que más me gustó de toda la ciudad.
Bajamos la colina caminando y continuamos por la orilla del Danubio oeste hasta llegar a la altura del puente Isabel. Allí comienzan las escaleras que dan acceso a la colina Gellért. En esta colina se encuentra el monumento a Sant Gellért, invitado por el rey Esteban I a Hungría para convertir a los húngaros al cristianismo alrededor del año 1000. Tras la muerte del rey, el Obispo fue asesinado por los paganos durante una gran rebelión, metiéndolo en un barril y lanzándolo colina abajo desde la cima. Justo en el lugar donde se llevó a cabo el martirio es donde hoy se encuentra el monumento en su honor.
Tras observar las vistas que ofrece el lugar continuamos subiendo a la cima de la colina donde está situada la Ciudadela, en el punto más alto de la ciudad. Esta fortaleza fue construida por los Habsburgo como edificio de vigilancia. Se puede visitar el interior de la misma que alberga un búnker de la Segunda Guerra Mundial. Nosotros no lo hicimos dado que se nos echó encima la hora de comer y preferimos quedarnos a observar tan asombrosa panorámica antes de bajar.
Además, junto a la Ciudadela se erige la Estatua de la Libertad, todo un símbolo de la ciudad. Fue construido en conmemoración de la liberación de Hungría por parte de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial.
Comenzamos a descender colina abajo por el extremo opuesto al que subimos previamente y una vez abajo cruzamos el puente de la libertad. Ya en Pest, encontramos muy cerquita el Mercado Central de Budapest y aprovechamos para comer por la zona.
Después de comer continuamos por la calle del mercado pasando por el Museo Nacional Húngaro y llegamos a la Avenida Andrassy. La recorrímos en su totalidad viendo a nuestro paso la Ópera Nacional, la casa del Terror y la Plaza Liszt Ferenc. Esta conocida avenida finaliza en la Plaza de los Héroes donde se encuentran el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de Bellas Artes.
Esta plaza es una de las más emblemáticas de la ciudad y es que en ella se representan mediante esculturas a los 7 fundadores del país. Además, es la puerta de entrada al Városliget o parque de la ciudad. A la entrada de este precioso parque hay un lago en el que se puede dar un paseo en barca o en invierno patinar sobre hielo. Tras él, a la derecha, descubrimos el Castillo Vajdahunyad, construido para la Expo de 1896 y en la actualidad alberga el Museo de la Agricultura y una pequeña iglesia.
Tras dar un bonito paseo por este parque nos dirigimos hacia el Balneario Széchenyi, uno de los edificios termales más grandes de Europa. Después de un día tan intenso nos merecemos un poco de relax sumergiéndonos en estas aguas termales, uno de los mayores atractivos turísticos de la capital húngara.
Dada la fama de este balneario y la originalidad de sus piscinas exteriores, a priori, lo considerábamos un “must” de Budapest, pero, sinceramente, he de decir que este balneario me produjo sentimientos encontrados. El decadente estado en el que se encuentra nos decepcionó bastante. En las piscinas interiores hasta olía mal y no daban ganas de meterse en las aguas turbias que podíamos observar desde fuera. En cuanto a las 3 piscinas exteriores, es cierto que son muy bonitas, pero tuvimos la mala suerte de encontrar una de ellas cerrada. La piscina central es más bien para nadar y, por consiguiente, la otra estaba abarrotada de turistas. Era difícil no chocarse con el resto de gente, así que de relax poco. Quizás otro balneario como el Géllert no esté tan masificado y pueda cumplir mejor con su función.
Tras una hora en remojo se acabó nuestra visita y tomamos el metro hasta nuestro hotel, donde aprovechamos para cenar algo antes de irnos a dormir.
Día 3. Visitando isla Margarita y el Parlamento.
Hoy es el último día en Budapest y también nuestro último día de viaje, por lo que hicimos el check-out y nos pusimos en marcha en dirección a la Isla Margarita.
Antes de entrar en la isla pasamos frente al Teatro de la Comedia y seguidamente cruzamos el puente para llegar a la propia isla. Este es el lugar favorito de los aquicenses para hacer deporte o disfrutar de la naturaleza en familia.
Muy cerca de la entrada aparece una gran fuente, llamada la Fuente Musical, cuyo atractivo concentra a multitud de personas a su alrededor. Seguimos caminando y encontramos a nuestro paso preciosos jardines de coloridas flores, un parque infantil, un pequeño zoo e incluso nos hicimos la foto de rigor junto al letrero de “Budapest”. Encontramos este paseo muy agradable y relajante a pesar de ser un sábado y estar bastante animada esta isla.
Para moverte por la isla puedes alquilar una bici, un coche eléctrico o hacerlo mediante el tren turístico. Nosotros preferimos caminar, pero tampoco la recorrimos al completo.
Tras este nuevo descubrimiento y al salir del puente Margarita, desde donde se obtienen muy buenas vistas, pusimos rumbo hacia el Parlamento. Nuestra visita al interior del mismo estaba programada a las 13:45h y su duración fue de unos 45 minutos.
Si el exterior de este edificio ya nos parecía sorprendente, su interior es completamente abrumador. De hecho, recomiendo encarecidamente esta visita porque, además de conocer mejor la historia del mismo, podrás disfrutar de: su escalera principal, vestida con una aterciopelada alfombra roja; la sala de la cúpula, donde podrás ver las esculturas de los reyes de Hungría y la corona del Rey Esteban I, (no se puede hacer fotos), y la Cámara Alta, abierta al público con fines turísticos y gemela a la sala del Consejo de los Diputados, donde se reúnen en la actualidad y a la que no se puede acceder durante la visita.
Al salir, buscamos un lugar donde comer antes de volver al hotel a por nuestras maletas. Finalmente, tomamos el bus 100E que nos llevó directos al aeropuerto, donde tomamos nuestro avión de regreso a Barcelona a las 20:15h.
Como ya sabes esta visita a la capital de Hungría es el colofón final a una ruta que comenzaba en Praga, en la República Checa y continuaba en Austria. Dado que la historia de estos tres países está muy ligada, es muy interesante hacer esta ruta al completo para comprenderla mejor. Es muy gratificante cuando, a medida que vas haciendo visitas, vas completando la información que te han ido dando previamente y ves como el rompecabezas va adquiriendo sentido, obteniendo las distintas perspectivas de un mismo acontecimiento.
Sin duda alguna este viaje ha resultado ser muy enriquecedor a nivel cultural y guardaremos siempre un buen recuerdo de todos los lugares que visitamos porque no sabría con cual quedarme de ellos. Todos tienen algo especial.
Espero que te sirva de inspiración y de ayuda tanto esta guía como las de República Checa en 5 días y Austria en 5 días para organizar tus viajes. No sabes lo feliz que me hace poder ayudarte a través de mi experiencia.
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A continuación tienes el mapa prometido.
¡¡Hasta el próximo destino viajer@!!
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